Bonita

Descripción

Bonita,/como el beso robado,/como el llanto llorado/por un hondo placer./La sinceridad de tu espejo fiel/puso vanidad en ti;/sabes mi ansiedad/y haces un placer/de las penas que tu orgullo forja para mí./Bonita,/haz pedazos tu espejo/para ver si así dejo/de sufrir tu altivez.

El día que me pidieron escribir este texto introductorio para el libro Bonita, estando en la cálida tranquilidad de una casa amiga de un puerto norteño, las coincidencias que la vida nos pone más allá de la casualidad, me habían hecho escuchar, minutos antes, la canción homónima del compositor mexicano Luis Arcaraz; una rola de orquesta para bailes de salón, pero escrita desde un “Quinto patio”para una “Muñequita de esquire”. Sin pretender que mi referencia establezca ideas equivocadas sobre Bonita, el libro, por el uso (en el presente texto) de títulos de canciones de esta figura importantísima de la música y la radio de la primera mitad del siglo XX, en aquel país tan lejano y tan cercano, y mucho más allá de la coincidencia referida, puedo decir que los vasos comunicantes entre estas dos obras (Bonita y Bonita), certifican que sin considerar el tiempo ni el espacio, el sometimiento del ser humano ante el amor, no media ninguna barrera. No puedo decir que el estilo o los recursos se repitan entre José, Irwin y don Luis, ni siquiera entre los dos primeros, pero sin duda el discurso desamparado de amor traza encuentros y sendas que los hacen descubrirse peregrinando por las mismas rutas por donde muchos y muchas han ascendido al cielo o descendido a los infiernos.

Fragmento del prólogo realizado por Sabino Morten, poeta mexicano.